Expedición al castillo de Ravenloft

Donde se cuentan las historias de héroes contra monstruos, de personas que huyen de su destino o se encuentran a la sombra de el, pero principalmente se cuentan las canciones de héroes sombríos, cuales el Diablo de Blake, que luchan contra sus captores, “los Amos y los Hados”.

lunes, 4 de noviembre de 2013

El Desafío de los 30 días: día 1

Después de leer algunas de las webs de rol que se anotaron a este evento, me picó la curiosidad. Se trata de una especie de reto donde se publicarán una serie de 30 entradas en días consecutivos. Estas entradas abarcan diferentes preguntas personales referidas a nuestra afición en común, los juegos de Rol!

Organizada por Trasgotauro, los chicos del fantástico Trasgos y Mazmorras, comenzó el pasado día uno, por lo que llego con retraso. Si bien aún no se si entraré en la lista de participantes yo voy empezando. Si finalmente no puede ser lo haré como iniciativa propia. Me parece una fantástica iniciativa que puede ayudar a despegar un poco al blog.

¿Como comenzaste con los juegos de rol?

La verdad es que no fue un momento exacto. Creo que todo se fue cuajando a lo largo de un año, más o menos. Comenzaré relatándoos lo que ya hace, literalmente, media vida:

De aquella yo gastaba 14 años. Siempre fui un niño inquieto y algo fantasioso. De hecho creo que sigo siendo las tres cosas; Niños, inquieto y con pájaros en la cabeza. Estaba en el colegio en el paso para el instituto (NdA: eramos el primer experimento de la ESO) cuando conocí a unos chavales con unas miniaturas muy chulas. Me acerqué con un amigo y preguntamos.

Se trataba de Warhammer! Un juego de fantasía y miniaturas que coleccionar, pintar y jugar con unas reglas complejas. También había libros y revistas sobre el tema. Los chicos, muy simpáticos, nos regalaron un muñeco a cada uno (el mío era un orco) y quedamos esa tarde para ir a la librería Paz, donde los vendían. Mi relación con Warhammer tuvo sus más y sus menos, pero con el tiempo recuerdo con cariño esa época.

Luego un chaval nos enseñó las Magics, el infame juego de cartas que en un principio me hizo gracia. Fui hasta Paz y me pillé portal, el set de inicio. De tanto pasarme por la librería me fui fijando en otras cosas: Esa caja de ahí que es? HeroQuest! Y sirven las miniaturas para warhammer? No exactamente... es otro estilo de juego, más parecido a D&D! y eso de D&D?

En uno de estos cruces de conversaciones, que unos atolondrados niños tienen en cualquier lugar, una voz nos interrumpió. Es un juego de Rol, dijo un adolescente (solo 2 años más que nosotros realmente), Son mu y difíciles y comenzais tarde para aprender  a jugar! Salio de la librería con nosotros y lo bombardeé a preguntas. No era la primera vez que veía esas cajas tan molonas y quería saber más.

La cosa es que quedamos con él para el día siguiente. Y no apareció... tardo unos meses en que nos volviéramos a encontrar. Para entonces fue de casualidad, su abuela vivía en el mismo barrio y nos cruzamos, lo llevé a mi casa y allí charlamos como se hacia antes, en la cocina con unos zumos o unos refrescos. Al tiempo se pasó por mi casa con unos manuales y me los mostró, también me dejó el mítico Libro de las Guaridas de Dragonlance, al cual tengo mucho cariño.

Comencé a improvisar partidas de rol con las reglas de Warhammer miniaturas durante unos meses. A la gente le gustaban, pero a mí me parecían un poco vacías. Un día nos acercamos al club de rol de Pontevedra ,tuatha de danann, y alucinamos con lo que vimos. Ese día creo que fue cuando me convencí de que quería jugar al rol bien. Ahora pienso que quizás ya lo estaba haciendo bien, pero ya me entendéis.

Le compré al zagal el manual de Warhammer Fantasy RPG (NdA: que no era suyo, era de otra persona que luego se lo reclamó, y a mi me colo una milonga... la historia de nuestra relación) y lo devoré. Algunas cosas me sonaban... otras ni de broma. Tuve que asistir a un par de sesiones en el club e inventarme reglas para mis primeras partidas. La cosa mejoraba sustancialmente.

Tardé tiempo en adquirir mis propios manuales. Siempre estaba con cosas prestadas o fotocopias, ya que mis padres no me soltabna un duro para eso y me costaba ahorrar. Juntamos entre unos cuantos dinero y pillé el básico de Runquest, pero de aquella no me hizo tilin... no tenia historia ni nada, solo eran reglas! Un amiguete me vendió por 1000 pst La llamada de Cthulhu de Joc de su hermana. Cosas de la vida hace poco compre un Pendragon de la misma forma! Gozamos de esa compra muchísimo.

Terminó ese curso, un verano aislado y al regreso el instituto. Allí conocí más gente, accedí a más manuales y comencé como rolero pleno. Mi mentor en este mundillo, ese tipejo innombrable del que a veces ladro algo, siguió con un tráfico de rol cada vez más amplio. Se llevaba un manual por otro, nunca lo devolvía y a veces te dejaba otro diferente como compensación. Lo bueno de esta mala situación es que conocí a buenas personas (también timadas)que quisieron devolverme los manuales y cree nuevas amistades.

En apenas dos años tenía varias mesas de Vampiro: La Mascarada, otras tantas de D&D y una de Warhammer Fantasy. Mis estudios fueron a peor y mis padres me requisaron los juegos. Lo conocí como el año sin rol... bueno, realmente sin nada que no fuera estudiar. Mucha gente de esa época se fue. Aún nos cruzamos por la calle y nos saludamos enérgicamente. Pero otra se quedó conmigo y nos hicimos grandes amigos. Aún jugamos cuando podemos.

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