Las
momias despiertan nuestra imaginación y conquistan nuestro corazón.
Llenas de magia y de
secretos,
fueron personas que vivieron y amaron, como nosotros.
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Una
de las mayores incógnitas de la historia ha sido la ubicación de la
tumba de Tutankamón. Su descubrimiento en 1922 nos proporcionó la
tumba egipcia mejor conservada, pero a su vez produjo una gran
cantidad de incógnitas. ¿De qué murió el Rey-Niño?, ¿Cual fue
la maldición que sobrecogió a toda la expedición de
Carter?,¿Porqué la sepultura se encontraba tan escondida?.
Fetos hallados en tumbas! |
Ha
sido a lo largo de las dos últimas décadas en las que la ciencia ha
permitido ahondar en la historia de Tutankamón, ya que presentaba
lagunas muy grandes que los textos y evidencias arqueológicas no
solucionaban. Comenzando desde el principio, tenemos a
Amenhotep
III,
perteneciente a la XVIII dinastía, el cual sustituye el culto a los
dioses tradicionales por el de Atón. Es durante el reinado de su
hijo, Ajnatón, en el que se producen las revueltas que lo eliminan
del poder, dejando finalmente como faraón a un niño de 9 años,
Tutankamón. Éste vuelve a instaurar el culto a los antiguos dioses,
pero ello no impide que posteriormente forme parte de la Damnatio
Memoriae
realizada por Ramsés I. El Rey-niño muere a la edad de 19 años sin
descendencia. Su prematura muerte hace que deba ser enterrado en una
modesta tumba, olvidada con el paso del tiempo. Ello es lo que ha
echo que se conserve casi intacta hasta nuestros tiempos. Los
actuales estudios genéticos nos han permitido saber que su esposa
Anjesenpaatón y él eran hijos del mismo padre. A eso se le suma el
hecho de que de nuevo sus abuelos fueran hermanos (hijos de la misma
madre y padre), y seguramente eso fuera también común en
generaciones anteriores. El incesto real era una práctica seguida en
Egipto, pero ello no quiere decir que no tuviera sus problemas.
Tutankamón no murió de un golpe en la cabeza, como se creía. Su
cuerpo presentaba señales de malaria, lo cual pudo producir que su
organismo se resintiera y debilitara. Además presentaba enfermedades
fruto de la endogamia, tales como paladar parcialmente hendido (esto
no es seguro 100%), le faltaba el hueso de un dedo del pie izquierdo,
presentando algunos de los otros dedos una necrosis evidente (con
posterior regeneración, por lo que no se produjo tras fallecer).
Ello da respuesta al echo de que en su tumba se encontraran más de
130 bastones completos o fragmentados (con huellas de uso) y siempre
fuera representado sentado (incluso en actividades como el tiro con
arco o la jabalina). Con eso pierde sentido la teoría de que dicho
bastón era un símbolo de poder y realeza. A todo esto se une un
detalle que puede considerarse escabroso, siendo otra muestra
palpable del incesto real. En la tumba se encontraron dos fetos
momificados, de los cuales uno ya se ha demostrado que era hijo de
Tutankamón.
Tutankamon con uno de sus bastones. |
Hasta
aquí la vida de uno de los faraones de Egipto, que dejó su huella
ante todo tras su muerte, debido al legado que nos ha cedido tantos
siglos después. Pero su leyenda negra no termina aquí. Desde que su
tumba fuera encontrada en Noviembre de 1922, toda una serie de
extrañas muertes han rodeado a la Excavación. Esto es lo que se
conoce como “La Maldición del Faraón”, la cual caerá sobre
todos aquellos que molesten el descanso eterno del mismo. Y Howard
Carter y su expedición atrajeron sobre ellos tan funesto destino.
Cuentan las leyendas que en uno de los muros del sarcófago rezaba la
siguiente cita: “La muerte vendrá sobre alas ligeras al que
estorbe la paz del faraón”. El primero en sufrir las consecuencias
fue Lord Carnarvon, que murió cinco meses después del
descubrimiento (la causa proviene de la picadura de un insecto, que
se dijo que le había picado en el mismo lugar en el que Tutankamon
presentaba una importante herida). En el mismo instante que fallecía,
se dice que su perro cayó fulminado en Londres, a la vez que El
Cairo se sumía en la oscuridad de un gran apagón. Otros de los
componentes de la expedición sufrieron un destino similar. Audrey
Herbert, murió de manera inexplicable al llegar a Londres, mientras
Arthur Mace lo hacía poco después en El Cairo, sin que los médicos
pudieran dar explicación a dicho fallecimiento. Sir Douglas Reid
cayó enfermo, y al volver a Suiza murió. La secretaria de Carter
murió de un ataque al corazón. Un profesor encargado de estudiar la
tumba, murió también a su regreso a El Cairo. Con todo esto, a
inicios de la década de los 30, diversos periódicos hablaban de más
de treinta muertes relacionadas con la Maldición de Tutankamón.
A H. Carter no lo mató la maldición! |
Ya
en las décadas 60-70, a raíz del traslado de piezas desde el Museo
egipcio de El Cairo a otros europeos, varios directores de los mismos
murieron. También se habló de que alguno de los aviones que
trasladaban las piezas sufrieron pequeños accidentes. Por último se
dice que la última víctima fue Ian Mcshane, en los años 80,
mientras rodaba una película sobre dicha maldición.
¿Ficción,
realidad?. Está claro que estamos ante una de las figuras más
enigmáticas de la historia antigua, que aún sigue dando de que
hablar en nuestros días, y siendo fuente de estudios pormenorizados
y eterno debate.
BIBLIOGRAFÍA:
- HAWASS, ZAHI. National Geographic Septiembre 2010.
- BONAPARTE, NAPOLEÓN. “Description de l´Egypte”. Taschen, 1995.
- JAMES, T. G. HENRY. “Tutankamón”. Biblioteca Egipto, Folio, 2005.
- MASCORT ROCA, M. “El tesoro de un faraón. Tutankamón”. Revista “Historia”, Nº 24.
- WIKIPEDIA
Un interesante articulo tanto para "saqueadores de tumbas" (en multiples ambientaciones) como para otros juegos de rol, como los basados en los Mitos de Cthulhu! Solo me queda el articulo con extras para el juego.
Pues sinceramente todo lo plantado aquí es muy interesante y a la vez muy siniestro, y llega con la partida de Cthulhu muy fresca en la memoria.
ResponderEliminarMuy buen trabajo que se agradece y al mismo tiempo pone un poco los pelos de punta.